Fue entonces cuando entró en escena Carla Nieto Aveiro, una maestra chocolatera argentina con una gran pasión del mundo del chocolate. Carla había llegado a España en busca de nuevos desafíos y había quedado impresionada por la calidad de los chocolates de Greef. Cuando él mismo le ofrece la oportunidad de trabajar a su lado, aprender sus secretos y habilidades, supo que la chocolatería estaría en buenas manos.

Carla logró comprar la chocolatería de Guy de Greef y comenzó a trabajar en ella de inmediato. Con su vasta experiencia y su pasión por el chocolate, logró mantener la misma calidad y excelencia que había hecho famosa a la chocolatería en los años anteriores. A lo largo de los años, la chocolatería ha crecido y ha añadido nuevos sabores y productos a su ya impresionante línea de chocolates artesanales.